Las bibliotecas cierran el año

Llega el fin de año y con él toca echar la vista atrás. Por ello vamos a repasar los datos actuales del sector bibliotecario y del libro para poder tener una aproximación de la situación.

2020 y 2021 fueron dos años de cambios en todos los sectores, y las bibliotecas no se quedan atrás. Desde la pandemia, la tecnología cumple con un papel aún más protagonista, mientras que la biblioteca como espacio físico llegó a estar cerrada durante un tiempo importante. Vamos con algunos datos concretos.

Las bibliotecas en 2020 y 2021

Todavía no hay demasiadas estadísticas sobre este último año. La Red de Bibliotecas Universitarias Españolas (REBIUN) sí publicó una infografía con los números de las bibliotecas universitarias. Hay que contextualizar siempre que hubo períodos en los que los locales tuvieron que estar cerrados. Aún así, más de dos millones de usuarios pasaron por bibliotecas universitarias durante este año.

Y es que en 2020 las bibliotecas solo estuvieron abiertas una media de 219 días, lo que implica 69 días menos que el año anterior. Los datos de las 53 Bibliotecas Públicas del Estado (BPE) : Panorámica de las 53 Bibliotecas Públicas del Estado, .publicada por el Ministerio de Cultura y Deporte también muestran un descenso del 55% en las visitas con respecto al 2019.

Debido a esta situación, se ha incentivado el uso del préstamo a través de plataformas digitales. En concreto, los datos de las BPE muestran un aumento del 18,5% con respecto al año anterior, es decir, 547.227 llegando hasta los 3.746.853.

Bibliotecas, sociedad y desarrollo

La Agenda 2030, una declaración de los 193 países que integran la asamblea de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), tiene como objetivo conseguir un mundo más equitativo e inclusivo. Además, busca promover el crecimiento económico y sostenible bajo la protección ambiental.

Las bibliotecas tienen un importante papel dentro de ella por ayudar a la formación de las personas de una forma equitativa. Ofrecen servicios de acceso a la información, a la cultura y el conocimiento sin hacer ningún tipo de diferencia por género, clase social, etc. Todo ello bajo una apuesta por la sostenibilidad que le viene de naturaleza por el préstamo de libros y los servicios digitales.

Como deja de manifiesto el documento que presentó el Ministerio de Cultura y Deporte:  Implicación de las bibliotecas españolas en la Agenda 2030, del Grupo de Trabajo “Bibliotecas y Agenda 2030”  de Consejo General de Cooperación Bibliotecaria. En él destaca, entre otros, el trabajo de la Red de bibliotecas de Lorca en la región de Murcia que realizó un banco de relatos sonoros para facilitar el acceso a la lectura a personas con alguna discapacidad visual y el de la Biblioteca de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria con un espacio violeta para el encuentro y lectura.

Accesibilidad a la lectura

Justamente el acceso a libros para personas con diversidad funcional es algo a trabajar en España, a pesar de estar dentro del Tratado de Marrakech, un tratado multilateral impulsado por la Organización Mundial de la Propiedad Intelectual (OMPI) que busca facilitar el acceso a las obras publicadas a las personas con algún tipo de discapacidad visual. El acuerdo ofrece una serie de facilidades a los países miembros como la realización de copias de obras en formatos accesibles sin necesitar permiso de derechos de autor.

El problema está en que estas ayudas deberían de ser más utilizadas. Así lo afirma la Federación Española de Sociedades de Archivística, Biblioteconomía, Documentación y Museística (FESABID) en la primera encuesta realizada en el país sobre la accesibilidad en bibliotecas.

Los datos conseguidos por la participación de más de 250 establecimientos para la lectura muestran que, para empezar, hay un desconocimiento mayoritario (65,2%) del Tratado de Marrakech. Esto puede ser uno de los motivos por los que el 91,5% de las bibliotecas españolas no estén ejerciendo el derecho a realizar un intercambio de materiales accesibles.

Lo bueno es que el audiolibro sí es un sistema bastante implantado. El 70% de las instituciones lo utilizan y aportan facilidades para adquirirlo.

Otro de los puntos destacables es que el 82,9% de las bibliotecas afirmó que los servicios accesibles se utilizan poco. Por esto es importante promocionar y facilitar la lectura también en personas con diversidad funcional para que ellas la consideren accesible.

El sector del libro y el hábito de lectura en pandemia

Curiosamente el sector del libro salió favorecido en lo tocante a los número durante estos años, pues en 2021 factura un 15% más que en el 2019, es decir, antes de la pandemia. Y este es un dato previo a las ventas de Navidad, que pueden elevar el porcentaje hasta un 17%.

Las compras son una muestra de que el hábito de lectura mejoró durante estos años. Un estudio en este sentido realizado por la Federación de Gremios de Editores de España señaló que leer ayudó a la población a llevar mejor la situación durante el confinamiento. Esta actividad aportó desde entretenimiento hasta desconexión y relajación.

Hábitos de lectura covid

Así lo afirmó la mayor parte de la población lectora, que creció en España durante el 2020 hasta llegar al 68,8%. Además, también aumentó el número de personas que lee frecuentemente. Durante el confinamiento el 57% de la población española mayor de 14 años leyó libros semanalmente, mientras que en 2019 lo hacía el 50%.

Libro electrónico

Otro de los sectores que se vio favorecido durante la pandemia es el referente al libro digital. El consumo de libro electrónico ya estaba aumentando exponencialmente, pero la situación derivada de los confinamientos hizo que se incrementase más.

Asimismo, el cierre de las bibliotecas escolares y universitarias y de los propios centros, provocó una amplia demanda en contenidos digitales educativos y universitarios.

Por otro lado, el consumo del audiolibro también aumentó, siendo el formato que más crece dentro de este sector. Los ingresos derivados de la venta de este producto crecieron un 137% en 2020.

Los números en el sector del libro son muy buenos, aunque mantenerlos de cara al 2022 no será sencillo. Las bibliotecas y librerías deben seguir trabajando en la promoción de la lectura y manteniendo su labor cultural, social y educativa.

 

Foto de Rafael Cosquiere en Pexels